Había una vez un vagabundo, que estaba en busca de algo que no conocía pero buscaba con tanta pasión, buscaba un aroma del que lo pudiera llevar a su felicidad, y cada lugar que conocía se ponía olfatear como un sabueso todo lo que podía sentir, conoció muchas mujeres de diferentes aromas pero ninguna era de su agrado, y en cada poblado encontraba aromas que fascinaban o que el detestaba, hasta que un atardecer de casualidad se detuvo para oler lo mas bello del mundo una princesa tan hermosa que su cabello llevaba los rayos del sol, en ese instante quedo enamorado, y busco la manera de acércasele, se baño, se peino, se cambio toda la ropa sucia que tenia, llevo unos chocolates tan ricos y unas flores tan hermosas. Y con tantos detalles la pudo cautivar, le robo sonrisas, caricias y luego un maravilloso beso.
Cada vez que la abrazaba el sentía su aroma que lo hacia tan feliz, pero lamentablemente no todos los aromas nos pertenecen y aquella princesa decidió alejarse de el porque en fin un don nadie no vale la pena.
Y el se fue del pueblo recordando ese aroma su mas bello recuerdo.
El vagabundo siguió buscando un aroma parecido al de su princesa aunque el sabia que no lo encontraría, pero el no perdió la esperanza de al fin hallarla y de nuevo ser feliz
Cuentan por allí que el vagabundo aun cuenta este cuento con la ilusión de que un día su amada lo escuche no de su voz sino de otra y que ella empiece a buscarlo, porque el aun muere por su amor.
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